Recuerdos, es lo que queda de esos años maravillosos, que éramos críos cuando empezamos a ensayar en la calle de Hermano Mayor y ahora nos vamos estando en la plenitud de nuestra madurez.
Te hemos sacado ciento de veces, entrado, balanceado,andado paso a paso, nos hemos caído al suelo como tú caíste para que tu madre la Virgen de la Soledad corriera a socorrerte, te hemos levantado como tú te levantaste por la humanidad.
Te hemos llevado, paso a paso, soportando el peso de tu gloria por la ilusión de ser tus costaleros. Una ilusión que nos han enseñado tus capataces con el paso de los años, a creer, poder, levantar, seguir, poquito a poco con el paso cansado de pierna a pierna. La callecita estrecha que decir de esos años, cuando había que subirse a la cera por qué el trono no entraba en la calle, sufrir, penar, sentir, pedir, llorar, ver el sol salir a tu espalda y el reflejo de tu sombra andar, para llevarte al final.( Sirvan estas palabras de homenaje, a costaleros que tu Jesús, llamaste a tu presencia. Jesús y Victorio).
Nos has enseñado, sentimiento, amor, amistad, compañerismo, humanidad, felicidad, la grandeza de lo que es una hermandad.
Hoy gracias a uno de esos chicos, tus costaleros están a la cabeza de tu Hermandad, para servirla como tú nos serviste a nosotros.
























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